Bienes sustitutivos y complementarios: ¿Qué son y cómo afectan a nuestras decisiones de consumo? En el mundo de la economía, existen dos tipos de bienes que influyen en nuestras elecciones de compra: los bienes sustitutivos y los bienes complementarios. Los primeros son aquellos que pueden ser utilizados en lugar de otro bien para satisfacer una misma necesidad o deseo, mientras que los segundos son aquellos que se utilizan conjuntamente para aumentar la satisfacción de una necesidad o deseo. En este artículo, exploraremos la diferencia entre estos dos tipos de bienes y cómo influyen en nuestra toma de decisiones al momento de realizar una compra.
Bienes Sustitutivos | Bienes Complementarios |
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Refresco de cola | Botana salada |
Café soluble | Azúcar |
Leche entera | Cereal para desayuno |
Papel higiénico | Jabón de manos |
Margarina | Pan blanco |
Zapatos deportivos | Ropa deportiva |
Bicicleta | Casco de ciclista |
Computadora portátil | Mouse inalámbrico |
Perfume | Crema hidratante |
Automóvil | Gasolina |
¿Qué son los bienes complementarios?
Los bienes complementarios son aquellos que se consumen en conjunto, es decir, su uso o consumo se complementa entre sí. En otras palabras, la demanda de un bien complementario está relacionada positivamente con la demanda del otro bien.
Un ejemplo de bienes complementarios son los zapatos y los calcetines. Si una persona compra zapatos, es muy probable que también compre calcetines para usarlos juntos. De igual manera, si alguien compra un televisor, es probable que también compre un cable HDMI para conectarlo.
Es importante destacar que la relación de complementariedad puede variar según el uso y la necesidad de cada persona. Por ejemplo, para algunas personas, el café y la leche son bienes complementarios, pero para otras no lo son.
¿Cuándo son dos bienes complementarios?
Los bienes se consideran complementarios cuando el aumento en el precio de uno de ellos provoca una disminución en la demanda del otro. Esto sucede porque ambos bienes son consumidos en conjunto y son necesarios para satisfacer una necesidad específica.
Por ejemplo, la gasolina y los automóviles son bienes complementarios, ya que si sube el precio de la gasolina, la demanda de automóviles disminuirá, ya que la gente no podrá pagar el combustible que necesitan para usarlos.
En cambio, los bienes sustitutivos son aquellos que pueden ser reemplazados por otros bienes similares. Si el precio de uno de ellos aumenta, la demanda del otro bien aumentará debido a que los consumidores buscan una alternativa más económica.
Un ejemplo de bienes sustitutivos son la mantequilla y la margarina. Si el precio de la mantequilla aumenta, la demanda de margarina aumentará, ya que es un sustituto más económico.
¿Qué son los sustitutos en productos?
Los sustitutos en productos son aquellos bienes que pueden ser utilizados en lugar de otro para satisfacer una misma necesidad o deseo. Estos bienes suelen tener características similares o equivalentes, lo que permite que los consumidores los consideren como alternativas viables.
Por ejemplo, si una persona desea comprar un refresco, puede elegir entre varias opciones que se consideran sustitutos, como agua mineral, té helado, jugos naturales, entre otros. Todos estos bienes tienen el objetivo de satisfacer la sed, pero difieren en sus características y beneficios.
Es importante destacar que los sustitutos pueden tener diferentes niveles de similitud y que su relación puede ser influenciada por factores externos, como el precio y la disponibilidad. En algunos casos, los consumidores pueden estar dispuestos a pagar más por un producto que consideran de mayor calidad, mientras que en otros casos pueden optar por la opción más económica, aunque no tenga exactamente las mismas características.
Estos bienes pueden tener diferentes niveles de similitud y su relación puede ser influenciada por factores externos como el precio y la disponibilidad.