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Bienes que se amortizan: ¿Qué son y cómo funcionan en el ámbito empresarial? En este artículo te explicaremos todo lo que necesitas saber sobre la amortización de bienes, un proceso contable que permite deducir el valor de un bien a lo largo de su vida útil. La amortización es un aspecto clave en la gestión financiera de cualquier empresa, ya que permite reducir la carga fiscal y mejorar la rentabilidad a largo plazo. Acompáñanos para conocer más sobre este tema.

Bien Tipo de bien Vida útil Porcentaje de amortización anual Ejemplo de bien
Maquinaria Bien de equipo 10 años 10% Máquina de impresión
Mobiliario Bien mueble 5 años 20% Escritorio de oficina
Edificio Bien inmueble 40 años 2.5% Edificio de apartamentos
Equipo de computación Bien de equipo 5 años 20% Laptop
Vehículo Bien de equipo 5 años 20% Camioneta de reparto
Máquinas de oficina Bien de equipo 10 años 10% Impresoras
Equipo médico Bien de equipo 5 años 20% Rayos X
Software Bien intangible 3 años 33.33% Programa de contabilidad
Patentes Bien intangible 20 años 5% Patente de invención
Marca comercial Bien intangible 10 años 10% Marca de ropa

¿Qué bienes se amortizan en contabilidad?

Los bienes que se amortizan en contabilidad son aquellos que tienen una vida útil limitada y que son utilizados en la actividad empresarial, tales como:

Maquinarias y equipos: como vehículos, maquinarias industriales, herramientas, mobiliario de oficina, entre otros.

Edificios y construcciones: se amortizan los gastos de construcción de edificios, instalaciones y construcciones relacionadas con la actividad empresarial.

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Patentes y marcas: se amortizan los gastos de registro y protección de patentes y marcas utilizadas en la actividad empresarial.

Software: se amortizan los gastos de adquisición y desarrollo de programas informáticos utilizados en la actividad empresarial.

Intangibles: como los gastos de investigación y desarrollo de nuevos productos o procesos, los gastos de publicidad y promoción, entre otros.

Es importante tener en cuenta que la amortización de estos bienes se realiza de forma sistemática y periódica, con el fin de reflejar de forma adecuada su valor en los estados financieros de la empresa.

¿Qué se puede amortizar en una empresa?

Los bienes que se pueden amortizar en una empresa son aquellos que se utilizan para el desarrollo de la actividad empresarial y que tienen una vida útil limitada.

Entre los bienes que se pueden amortizar se encuentran:

Edificios y construcciones: se amortizan durante un periodo de entre 20 y 50 años, dependiendo del país y de las normativas fiscales.

Mobiliario: se amortiza durante un periodo de entre 5 y 10 años, según la normativa fiscal de cada país.

Vehículos: se amortizan durante un periodo de entre 4 y 6 años, aunque esto puede variar en función de la normativa fiscal.

Maquinaria y equipo: se amortizan durante un periodo de entre 3 y 10 años, dependiendo de la normativa fiscal y del tipo de maquinaria o equipo.

Patentes y licencias: se amortizan durante un periodo de entre 5 y 20 años, según la normativa fiscal.

Programas informáticos: se amortizan durante un periodo de entre 3 y 5 años, aunque esto puede variar en función de la normativa fiscal y de la tecnología.

Existencias: en algunos casos, las existencias pueden amortizarse si se considera que su valor se ha reducido debido a la obsolescencia o a otros factores. Sin embargo, esto solo es posible en determinados países y bajo ciertas circunstancias.

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Es importante destacar que la amortización es un gasto deducible en la declaración de impuestos de la empresa, lo que significa que reduce la base imponible y, por tanto, el importe a pagar en impuestos.

¿Qué activos sufren depreciación y amortización?

Los activos que sufren depreciación son aquellos que pierden valor con el tiempo debido al desgaste, obsolescencia, deterioro u otros factores. Algunos ejemplos de estos activos son:

  • Maquinaria y equipo: incluye vehículos, maquinaria de producción, mobiliario y equipo de oficina, entre otros.
  • Edificios y terrenos: los edificios pierden valor con el tiempo y deberán ser depreciados a lo largo de su vida útil, mientras que los terrenos no se deprecian.
  • Activos intangibles: como patentes, marcas comerciales, derechos de autor, entre otros, también pueden sufrir depreciación.

Por otro lado, la amortización se refiere a la disminución del valor de los activos intangibles con el tiempo, como el fondo de comercio o el software. Algunos activos fijos también pueden ser amortizados, como los gastos de organización y los gastos de investigación y desarrollo.

Es importante tener en cuenta que la depreciación y la amortización son gastos no monetarios que afectan la contabilidad de una empresa, ya que representan una disminución del valor de los activos a largo plazo.

¿Cuándo amortizar un bien?

La amortización de un bien se realiza cuando se quiere distribuir el costo del bien a lo largo de su vida útil. Esto permite a las empresas reducir los costos y mejorar su situación financiera.

Para saber cuándo amortizar un bien, es necesario tener en cuenta su vida útil y su valor residual. La vida útil se refiere al tiempo que el bien se espera que dure, mientras que el valor residual es el valor que tendrá el bien al final de su vida útil.

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El valor residual se puede calcular de diferentes maneras, pero lo más común es estimarlo en función del precio de mercado del bien en el momento en que se espera que se retire del servicio.

Una vez que se tienen estos datos, se puede calcular la cantidad de dinero que se debe amortizar cada año. Esto se hace dividiendo el costo del bien por su vida útil, y luego restando el valor residual.

Es importante tener en cuenta que no todos los bienes se amortizan de la misma manera. Por ejemplo, los bienes depreciables, como los edificios o los vehículos, se amortizan a lo largo de su vida útil, mientras que los bienes no depreciables, como los terrenos, no se amortizan.

También es importante tener en cuenta que la amortización se puede realizar de diferentes maneras, como la línea recta o el método de la suma de los dígitos de los años. Cada método tiene sus propias ventajas y desventajas, por lo que es importante elegir el método que mejor se adapte a las necesidades de la empresa.

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