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Los antibióticos son un tipo de medicamento utilizado para tratar infecciones causadas por bacterias. Estos medicamentos son muy importantes en la medicina moderna, ya que han salvado millones de vidas desde su descubrimiento en la década de 1920.

En este artículo, exploraremos los diferentes tipos de antibióticos, cómo funcionan en el cuerpo y para qué enfermedades se utilizan con mayor frecuencia.

Es importante recordar que los antibióticos solo deben ser utilizados cuando son recetados por un médico y que no son efectivos para tratar infecciones virales, como la gripe o el resfriado común.

¡Comencemos a explorar el fascinante mundo de los antibióticos!

Datos clave

Antibiótico Para qué sirve
Amoxicilina Tratamiento de infecciones bacterianas, como neumonía, infecciones de oído y de la piel
Ciprofloxacino Tratamiento de infecciones urinarias, gastrointestinales y respiratorias
Doxiciclina Tratamiento de enfermedades de transmisión sexual, como la gonorrea, y de infecciones del tracto respiratorio
Penicilina Tratamiento de infecciones bacterianas, como la amigdalitis y la neumonía
Metronidazol Tratamiento de infecciones parasitarias y bacterianas, como la vaginosis bacteriana y la infección por Helicobacter pylori
Ceftriaxona Tratamiento de infecciones bacterianas graves, como la meningitis y la sepsis
Azitromicina Tratamiento de infecciones respiratorias, como la bronquitis y la sinusitis, y de enfermedades de transmisión sexual, como la clamidia
Clindamicina Tratamiento de infecciones bacterianas, como la celulitis y la osteomielitis
Vancomicina Tratamiento de infecciones bacterianas graves, como la endocarditis y la neumonía por estafilococos

¿Tipos de antibióticos disponibles?

Existen varios tipos de antibióticos disponibles para tratar diferentes tipos de infecciones bacterianas. Algunos de los tipos de antibióticos más comunes incluyen:

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Penicilinas: Se utilizan para tratar una amplia variedad de infecciones bacterianas, como neumonía, faringitis estreptocócica, infecciones de la piel y del tracto urinario.

Cefalosporinas: Estos antibióticos se utilizan para tratar infecciones respiratorias, infecciones de la piel y del tracto urinario. También se utilizan antes de una cirugía para prevenir infecciones.

Macrólidos: Se utilizan para tratar infecciones respiratorias, infecciones de la piel y del tracto urinario y la enfermedad de Lyme.

Fluoroquinolonas: Estos antibióticos se utilizan para tratar infecciones del tracto urinario, infecciones respiratorias y de la piel. También pueden ser utilizados para tratar la neumonía y la infección de la próstata.

Tetraciclinas: Se utilizan para tratar infecciones de la piel, del tracto urinario, de los ojos y respiratorias.

Aminoglucósidos: Estos antibióticos se utilizan para tratar infecciones graves, como la sepsis, la meningitis y la neumonía.

¿Qué son los antibióticos y su uso?

Los antibióticos son medicamentos que se utilizan para tratar infecciones causadas por bacterias. Se pueden usar para tratar una variedad de infecciones, incluyendo infecciones del oído, infecciones de la piel, infecciones del tracto urinario y neumonía.

Es importante tener en cuenta que los antibióticos no funcionan contra infecciones virales, como el resfriado común o la gripe. Además, el uso excesivo e indebido de antibióticos puede hacer que las bacterias se vuelvan resistentes a ellos, lo que dificulta su tratamiento en el futuro.

Los antibióticos se pueden administrar en forma de píldoras, líquidos, cremas o inyecciones, y la duración del tratamiento varía según el tipo de infección y la gravedad de la misma. Es importante seguir las instrucciones del médico y completar todo el tratamiento, incluso si los síntomas desaparecen antes de terminar.

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Su uso excesivo e indebido puede provocar resistencia a los antibióticos, lo que dificulta su tratamiento en el futuro. Es importante seguir las instrucciones del médico y completar todo el tratamiento para asegurar una recuperación adecuada.

¿Qué bacterias son sensibles a los antibióticos?

Las bacterias sensibles a los antibióticos varían según el tipo de antibiótico utilizado. Algunas bacterias comúnmente sensibles a los antibióticos incluyen:

Staphylococcus aureus: Esta bacteria a menudo es sensible a los antibióticos de la familia de las penicilinas, como la amoxicilina y la ampicilina, así como a las cefalosporinas.

Escherichia coli: Esta bacteria es sensible a ciertos antibióticos, como la ciprofloxacina y la amoxicilina-clavulánico.

Streptococcus pneumoniae: Esta bacteria es sensible a los antibióticos de la familia de las penicilinas, como la amoxicilina, y también a los macrólidos, como la azitromicina.

Haemophilus influenzae: Esta bacteria es sensible a algunos antibióticos, como la amoxicilina y la ceftriaxona.

Es importante tener en cuenta que no todas las bacterias son sensibles a los mismos antibióticos, y que la resistencia a los antibióticos es un problema creciente. Por lo tanto, es esencial utilizar los antibióticos de forma adecuada y solo cuando sean necesarios para evitar el desarrollo de resistencia bacteriana.

¿Cuándo son necesarios los antibióticos como tratamiento?

Los antibióticos son necesarios como tratamiento cuando la enfermedad que se padece es causada por bacterias. Esto significa que los antibióticos no son efectivos contra enfermedades virales, como el resfriado común o la gripe.

Es importante destacar que el uso excesivo o inadecuado de los antibióticos puede llevar a la resistencia bacteriana, lo que significa que las bacterias pueden adaptarse y volverse inmunes a los antibióticos. Por lo tanto, es crucial seguir las instrucciones del médico y tomar los antibióticos sólo cuando sean recetados y durante el tiempo indicado.

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